Dicho evento se repite en otras localidades, pero Cabanillas le da un toque singular. Los personajes son reales. Desde el siglo XIX, los jóvenes de la localidad se disfrazan dando vida a los romanos y persiguen a Judas para ajusticiarle. Este último, con un traje rojo y plateado y una malla en la cabeza, corre, se esconde entre la muchedumbre que le increpa, entra en algunas casas en las que roba comida y llega incluso a saltar desde algún balcón.
Una frenética carrera que discurre ante la expectante mirada de los allí congregados. En aproximadamente quince minutos, los romanos alcanzan a Judas, y lo decapitan como justo castigo al traidor.
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